El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor. Todos estamos aquí porque... Creemos... Que la pobreza es intolerable en un mundo de abundancia. Y todos estamos aquí porque estamos convencidos -más bien sabemos- que podemos terminar con la pobreza en el espacio de nuestra vida, con nuestras propias manos y nuestras propias mentes. El enseñar a los niños a querer a sus padres y hermanos y a ser respetuosos con sus superiores, hecha los cimientos de correctas actitudes mentales y morales para llegar a ser buenos ciudadanos. A los niños se hace mucho bien tratándolos siempre con amabilidad. Hay que amarlos y estimarlos a todos por igual, aunque alguna que otra vez no lo merezcan.
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